El Departamento de Conservación e Investigación de Buin Zoo (CIBZ) fue creado en el año 2010 con la intención de establecer alianzas estratégicas para desarrollar proyectos de conservación interinstitucionales y multidisciplinarios, los que permitan aportar técnicas y conocimientos con la finalidad de elevar los estándares de manejo de fauna silvestre in situ y ex situ en Latinoamérica.
Actualmente cuenta con tres programas como piedra angular de su funcionamiento:
- Educación y Capacitación para el manejo y la conservación de fauna silvestre.
- Investigación en Una Salud / Medicina para la Conservación.
- Estrategias y planes de acción para la conservación de fauna chilena amenazada.
Dentro de nuestros proyectos de conservación se está trabajando desde 2010 con el proyecto Zoológicos como centinelas del estado sanitario de la fauna en Chile, desde el 2012 con zorro de Darwin (Región de los lagos y Región de los ríos), desde 2016 con pudú (Región de los lagos y Región de los ríos) y desde 2018 con huemul (Región de Magallanes), además de haber colaborado en proyectos para la conservación de otras especies amenazadas como la güiña y el puma.
La conservación de la flora bajo cuidado profesional en un bioparque juega un rol crucial en la protección de los ecosistemas y en la preservación de la biodiversidad global. Aunque en ocasiones la atención tiende a concentrarse en la fauna, es vital comprender que las plantas forman la base de cualquier ecosistema, siendo responsables de sostener la vida en todas sus formas. En un bioparque, la flora es cuidadosamente estudiada, protegida y reproducida en un entorno controlado, lo que permite conservar especies en peligro de extinción y sensibilizar al público sobre su importancia ecológica.
En este contexto, el Bioparque Buinzoo ha dado un paso significativo al inaugurar su primer proyecto de conservación de flora. Este proyecto incluye la creación de dos cactarios dedicados a la preservación de especies nativas de Chile y de América Latina. Dentro de estos espacios, destacan ejemplares de cactus que superan los 250 años de vida, convirtiéndose en los seres vivientes más longevos del bioparque. Estos cactus son más que simples plantas; son verdaderos sobrevivientes de la naturaleza que han resistido siglos de cambios climáticos y ecológicos, lo que les otorga un valor incalculable tanto para la ciencia como para la conservación.
La iniciativa del bioparque cobra aún mayor relevancia cuando se toma en cuenta que muchas de estas especies de cactus se encuentran en peligro crítico de extinción debido al tráfico ilegal. El comercio y el saqueo de estas plantas, sumado a la pérdida de hábitat natural, han puesto a estas especies al borde de desaparecer por completo. Sin la intervención de lugares como el Bioparque Buinzoo, que no solo se preocupa por conservar, sino también por educar al público y hacer visible esta problemática, muchas de estas especies podrían desaparecer en las próximas décadas.
A través de este proyecto de cactarios, Buinzoo no solo protege a las especies en peligro, sino que también cumple con una función educativa vital. Los visitantes del bioparque pueden conocer de cerca estas plantas únicas, aprender sobre su historia, su importancia ecológica y los desafíos que enfrentan para su supervivencia. Este esfuerzo es parte del compromiso del Bioparque Buinzoo de ser un referente en la conservación de ecosistemas completos, abordando la preservación de animales y plantas de manera integrada, y generando conciencia sobre la interdependencia de todas las formas de vida en el planeta.