Nuestra Historia
24/09/2018

Los comienzos: Una linda jugada del destino.

En 1985, el médico veterinario Ignacio Idalsoaga, poseía un criadero de cerdos en una -aquel entonces- zona rural de Buin. Los habitantes del sector solían llevarle animales silvestres heridos que encontraban para que los tratara y, posteriormente, liberara. Muchos de estos animales, si bien eran sanados de sus heridas, no tuvieron posibilidad de regresar a la naturaleza producto de que no quedaban en condiciones de sobrevivir (su estado físico les impedía cazar y alimentarse, o eventualmente arrancar de posibles depredadores. Esto era condenarlos a una muerte segura). Ante esta situación, el Dr. Ignacio Idalsoaga, junto a su familia, comenzó a construir jaulas para mantener a estos animales en cautiverio, generándose una pequeña muestra de ejemplares que la gente del sector comenzó a visitar. Así fue como las instalaciones fueron llenándose de mascotas abandonadas y animales heridos llevados por particulares. Sin buscarlo ni quererlo, se creaba así el primer centro de acogida de animales silvestres del país.

Es así como se forma un importante foco de atractivo turístico en la zona, ya que además de esta muestra de animales y el negocio de los cerdos, la familia Idalsoaga tenía también el criadero Montserrat de perros San Bernardo.

Nace “El Parque de Asís”

En 1989, a 4 años de comenzar a recibir animales dañados, la cantidad había aumentado exponencialmente y se hacía necesario buscar un método de financiamiento tanto para el tratamiento de estos, como también para su comida. En marzo de este año nace el “Parque de Asís”, el primer cementerio para mascotas del país. Tan innovadora fue la idea, que a los 12 meses de funcionamiento no tenía espacio para recibir a más mascotas. Esto lo hizo muy conocido a nivel nacional, precisamente por ser único.

En julio de 1990, el parque obtuvo el reconocimiento del Servicio Agrícola y Ganadero de Chile (SAG), permitiéndole su existencia legal como zoológico. Esto le permite recibir más animales exóticos, y poco a poco el concepto de zoológico comenzaba a instalarse en “El Parque de Asís”.

En 1995 se realiza el primer encuentro de criaderos organizado por el SAG. Ese encuentro marcaría el destino del Dr. Ignacio Idalsoaga y su familia, ya que ahí se entera por cifras de la entidad estatal que “El Parque de Asís” era el zoológico privado más grande del país (nuevamente, sin haberlo buscado).

Buin Zoo rompe el cascarón y comienza la “bola de nieve”

1998 fue un año clave en la historia del parque, ya que se realiza en Africam Safari (Puebla, México) el encuentro latinoamericano de zoológicos al que decide asistir el Dr. Idalsoaga. Entre 14 parques en competencia, “El Parque de Asís” se alzó con el reconocimiento al zoológico con mayor proyección de latinoamérica, lo que genera el despegue definitivo. Además del premio, el encuentro muestra que el mensaje que se entregaba de la “humanización” de las mascotas no era el correcto: Lo que había que hacer era educar con respecto a los animales, y no hacerlos parecer humanos.

Fue así que un año más tarde, en 1999, se crea “Buin Zoo” como tal, siendo “El Parque de Asís”, de ahora en adelante, sólo el nombre del cementerio de mascotas.

Desde ese año en adelante, Buin Zoo comenzó un crecimiento de forma muy vertiginosa que hoy lo tiene transformado en el zoológico más grande y moderno de Chile. En 2001, por ejemplo, se inauguró en su interior el Acuario más grande del país; en 2004 el Hospital Clínico Veterinario S.O.S.; y en 2007 se transformó en el primer zoológico de Sudamérica y el segundo en el mundo en obtener la certificación internacional de calidad ISO 9001:2000, entre muchos otros logros y distinciones. A esto se suma también la inauguración en 2011 de “Masai Mara, La Sabana Africana”, el recinto más moderno de Buin Zoo donde habitan en conjunto todos los animales de pradera africana tal como en su hábitat natural, y en 2013 la reconstrucción del Hospital Veterinario S.O.S. gracias a una alianza con la Universidad Andrés Bello de Chile, dándole al parque el lugar más grande del país para atención de mascotas domésticas y animales exóticos. Entre sus últimos hitos, está también la llegada a Buin Zoo de los primeros y únicos rinocerontes presentes en Chile en octubre de 2013, dando un salto importante y poniéndose a la altura de sólo unos pocos zoológicos que cuentan con estos animales en el continente.

El tiempo pasa y lo que comenzó como una historia de emprendimiento familiar hoy es un proyecto absolutamente consolidado, líder en la industria del entretenimiendo y educación en Chile, de la mano de Ignacio Idalsoaga, su mujer Paula Ferrer y sus 10 hijos: María José, Pablo, Francisco Javier, Esteban, Estíbaliz, Montserrat, Lorenzo, Diego, Magdalena y Joaquín.

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